Antes se le llamaba andar por las montañas, pero ahora se conoce como senderismo o trekking y es una actividad muy buena, no solo para el cuerpo, sino también para conocer los lugares en contacto con el medio más preciado, la naturaleza.
En la actualidad, el senderismo en Mallorca se está poniendo de moda. Claro que estamos hablando de un lugar ideal en el que hay mucho por conocer y en el que hay trazadas unas rutas muy sugerentes para los aficionados al trekking. Las excursiones guiadas son un excelente modo de conocer también la gastronomía del lugar, uno de los lugares más ricos en productos mediterráneos o de realizar picnics con productos de la tierra.
Los excursionistas con experiencia van a disfrutar mucho conociendo la Sierra de Tramuntana a través de la ruta de piedra en seco, pero también pueden realizar senderismo por el Parque del Llevant donde conocer una punta de la isla casi inexplorada y virgen, caminando de playa en playa y pudiendo descansar en el único refugio de montaña que está erigido sobre arena.
El parque natural de Mondragó tampoco se puede perder y los más aventureros disfrutarán conociendo Mallorca al completo, lo que les asegura unas excelentes vacaciones disfrutando del deporte.
Pocos lugares del mundo como Mallorca pueden ofrecer a sus visitantes un paquete de excursión en los que disfrutar del mar navegando y de la montaña caminando por ella y esta es la ruta estrella que se ofrece a los cientos de aficionados que visitan la isla para conocerla y dejar en ella su huella. Y es que recorrer el litoral mallorquín a pie y en barco de vela es sin duda una experiencia de aquellas para recordar toda la vida.
Una cita pendiente con los monumentos más bellos y emblemáticos de toda Francia
Los viajeros de toda clase tienen siempre una cita pendiente con Francia, este país que nunca se termina de ver que cuenta con una gran diversidad de paisajes entre unas mismas fronteras.
Monumentos de Francia que se tienen que visitar hay muchos, pero entre ellos la estrella es la Torre Eiffel, la estructura de hierro más conocida del mundo entero, el decorado de millones de fotografías de quienes al conocer París se fotografían junto a ella, pero hay más monumentos que no pueden dejar de visitarse en la ciudad del amor como el Arco del Triunfo, a cuyos pies se encuentra la Tumba al Soldado desconocido, una suerte de homenaje del pueblo francés a todos los ciudadanos de su país que combatieron y perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial.
La localidad de Carcassonne, muy cerca de la frontera española, también hay que conocerla. Está reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y siglos atrás fue una fortaleza totalmente inexpugnable de la que queda casi todo.
Saint Michel es otra localidad a no perderse. A solo t3 horas de París y en la región de Normandía, esta población está coronada por una abadía espectacular, configurando un paisaje de ensueño. Pero hay mucho más que ver en el país galo. Desde el Palacio de Versalles al Viaducto de Millau, muchos siglos de historia y un denominador común, el buen gusto del pueblo francés y la gran pasión que ponen en la recuperación y mantenimiento de su patrimonio y de su entorno, algo que se puede comprobar con solo visitar los pueblos en los que todo parece a punto para poder empezar a rodar una película.
Y por supuesto, el Museo del Louvre está entre los monumentos franceses que no hay que dejar de visitar. Incluso es mejor hacerlo en dos o tres ocasiones para poder disfrutar al máximo de todo lo que almacena uno de los museos más famosos y con mayor obra pictórica de todo el mundo.