Recientemente tuve la oportunidad de hacer la Variante Espiritual del Camino de Santiago de forma un tanto especial, con una ruta en barco llena de historia y en solo dos días de intensa caminata por las provincias de Pontevedra y A Coruña, coincidiendo con la celebración de la noche de San Juan y el quinto aniversario de nuestra marca sostenible con alma viajera LIVEGENS.
¡A continuación te cuento la experiencia, acompáñame!
DÍA 1:
Etapa Pontevedra-Armenteira
La primera etapa sale de la plaza de la Peregrina de Pontevedra, ciudad en alza estrechamente ligada al Camino de Santiago Portugués. Su casco histórico completamente peatonalizado se presta mucho a dar un paseo por sus calles.
Tras pasar por la localidad cercana de Poio y su centro urbano, es necesario caminar unos kilómetros para alcanzar la encantadora villa marinera de Combarro, que nos ofrece una buena panorámica de la localidad de Marín o la curiosa y mística isla de Tambo.
Con sus particulares casitas y característicos hórreos bañados por el mar, Cambarro se ha convertido en uno de los pueblos más visitados del sur de Galicia.
Una vez que salimos del pueblo, comienza la subida hacia la pequeña localidad de Armenteira, la parte más dura de la etapa que en cualquier caso nos deleita con varias panorámicas del entorno con buenas vistas.
Esta etapa acaba oficialmente con la llegada al Monasterio de Armenteira, que se puede visitar antes de afrontar una nueva etapa de este Camino, en mi caso esa misma tarde tras una pequeña paradita para comer.
Etapa Armenteira-Vilanova
La segunda etapa comienza con la preciosa ‘Ruta da Pedra e da Auga‘, un sendero natural que sigue el curso del río Armenteira y me pareció uno de los tramos más bonitos de la Variante Espiritual del Camino de Santiago.
Con su impresionante y exuberante vegetación y unos rincones realmente pintorescos, esta ruta fue el gran descubrimiento de la segunda etapa del Camino.
Una vez superado este bonito sendero, que ofrece buena sombra en días calurosos, unos kilómetros después nos adentramos en Ribadumia, Pontearnelas y su puente medieval para acercarnos poco a poco a la costa.
El siguiente municipio ya es Vilanova de Arousa, que debemos atravesar por el interior hacia la zona costera de la localidad para llegar al final de esta segunda etapa del Camino Espiritual, por donde también pasa la conocida como Ruta del Padre Sarmiento.
Bonus: noche en la Illa de Arousa
Como enamorado de la costa gallega decidí cruzar el puente de casi dos kilómetros que une A Illa de Arousa con tierra firme, para así celebrar y pasar la noche de San Juan en una de las islas más bonitas de Galicia.
Dentro de ‘A Illa’ mi zona favorita es sin duda el Parque Natural de O Carreirón, que ofrece diferentes rutas de senderismo y numerosas playas vírgenes que son una delicia visual y un espectáculo para los sentidos.
Por si esto fuera poco, tanto la puesta de sol como el amanecer que puedes ver en A Illa de Arousa son de los más mágicos de Galicia, por lo que en conjunto es una visita casi imprescindible en las Rías Baixas gallegas.
DÍA 2:
La Traslatio: Vilanova de Arousa-Pontecesures
Con unos kilómetros extra en las piernas por la doble caminata de tarde y primera hora de la mañana por la isla, crucé de nuevo el puente hasta Vilanova para vivir una de las experiencias mas bonitas y completas de esta Variante Espiritual del Camino de Santiago.
Se trata de la ruta en barco conocida como La Traslatio, que os recomiendo hacer de la mano de Amare Turismo Naútico con salida desde la estación marítima Mar de Santiago, situada en Vilanova de Arousa.
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Esta ruta marítimo-fluvial parte de la ría de Arousa y remonta el curso del caudaloso río Ulla, recreando el traslado de los restos mortales del Apóstol Santiago hasta Pontecesures y de ahí a Santiago de Compostela.
La experiencia de La Traslatio en la lancha rápida de Amare fue una maravilla, el clima acompañaba y entre bateas y cruceiros atravesamos puntos de la costa gallega como Carril, la isla de Cortegada, Vilagarcía o Catoira en la provincia de Pontevedra; así como Boiro, Rianxo o las Brañas de Laiño en la de A Coruña, antes de llegar al punto final de la ruta en Pontecesures.
A su vez, esta experiencia fue la ocasión perfecta para estrenar las nuevas lentes azules de nuestras gafas de sol de bambú polarizadas, reforzadas y más resistentes a la salitre y otros agentes externos, ideales para practicar todo tipo de actividades acuáticas. Una novedad que hemos incorporado recientemente a diferentes modelos con espejo como uno de los top ventas que me llevé a esta ruta, las gafas Atlantic.
Conexión con el Camino Portugúes: Pontecesures-Padrón
Desde Pontecesures, debemos atravesar la localidad para llegar al cercano pueblo de Padrón, situado a pocos kilómetros del embarcadero junto al río Ulla.
Una histórica villa que más allá de sus conocidos pimientos, está muy ligada a la vida y obra de gallegos ilustres como el escritor Camilo José Cela o la célebre Rosalía de Castro.
Padrón es además el punto de conexión de la Variante Espiritual con el Camino Portugués tradicional, que da lugar al inicio de la última etapa hasta Compostela.
Última etapa Padrón-Santiago de Compostela
Tras abandonar el centro urbano de Padrón, enseguida alcanzamos la parroquia del Concello conocida como Iria Flavia, para llegar después a la localidad de A Escravitude y unos kilómetros más tarde a Faramello.
Su bonito sendero natural ascendente alberga el pazo homónimo, ofrece buena sombra y a la vez nos aleja de tanto asfalto, en la medida en que buena parte de esta etapa transcurre en torno a la carretera nacional N-550.
Esta subida marca el inicio de una segunda parte más dura y empinada de la etapa, que atraviesa pequeñas aldeas hasta alcanzar el núcleo urbano de O Milladoiro, perteneciente al Concello de Ames y ya bastante cercano a Santiago de Compostela. Tras llegar a la conocida como Rocha Vella, un tramo boscoso más agradable nos acerca poco a poco a la ansiada meta.
Ya en la última parte de esta etapa final del Camino Portugúes, algunas rampas duras nos llevan a una bifurcación con dos entradas posibles a Santiago. En mi caso accedí por el barrio de Conxo, con más kilómetros de recorrido pero que evita un tramo de asfalto.
Las fuerzas eran muy justitas por el calor y la importante distancia recorrida, pero solo restaba alcanzar el núcleo urbano de Santiago para adentrarse en el Casco Vello y por fin llegar a la anhelada plaza del Obradoiro, tras una kilométrica caminata en torno a los 100 kilómetros completados en apenas un día y medio.
Y así, tras perderme varias veces para volver a encontrarme, finalicé otro Camino de Santiago, que a buen seguro no será el último porque caminar es sinónimo de autoconocimiento, salud, bienestar y VIDA.
Javier Ramón | viajeroslowcost.com